Camisones para ella
Por fin ha llegado el buen tiempo y, con él, las ganas de disfrutar del (tan esperado) aire libre. Sin embargo, este confinamiento ha marcado muchos y diversos aspectos de nuestras vidas y, entre ellos, es posible que se incluya el de nuestro propio armario. Así, en poco más de un mes muchas hemos aprendido a valorar la comodidad que tantas veces había quedado en un segundo plano, e incluso en algunos casos nos ha hecho replantearnos un estilo que hasta la fecha creíamos sólido.
Es en este entorno, el del cambio y la readaptación, en el que se enmarca una de las tendencias que durante los pasados veranos se había dejado notar en nuestros vestidores, pero que en 2020 parece destinada a encontrar su lugar definitivo. Nos referimos a esos vestidos camisón que, si bien nacieron como prendas caseras por su comodidad y ligereza, en los últimos tiempos han sabido adaptarse a las calles. Así ocurrió ya hacia 2015 con los pijamas, que comenzaron a dejarse ver por las semanas de la moda combinados con zapatos de tacón y joyas –para finalmente acabar integrándose de lleno en nuestro armario– y así ocurre ahora también con el vestido camisón.
Porque en un tiempo en el que nos hemos acostumbrado a una vida libre de gomas y opresiones, la nueva normalidad parece destinada a abrazar y adaptar ese estilo lounge a las calles, pero sin renunciar a su esencia más pura. Esa que aboga por el confort por encima de todo, pero que además apela a una feminidad relajada y liviana que nos traslada a esos días interminables de verano de nuestra infancia.
Lo único que necesitarás para adaptar el vestido camisón a tus salidas serán tus sandalias favoritas y, por si el clima primaveral refresca, una chaqueta de punto. O, dicho de otra forma: tu look predilecto para estar en casa será el mismo que para salir a la calle. Porque si algo bueno trae 2020 es que, esta vez sí, la línea se difumina definitivamente entre vestidos y camisones para dar lugar al híbrido perfecto gracias a algodones bordados, linos, satenes y hasta plumas. Estar cómoda nunca fue tan favorecedor.